viernes, 3 de abril de 2009

CARTA AL SEÑOR OBAMA

Si usted me preguntara que deseo, señor Obama, apelaría a su experiencia como estadista y a su memoria histórica. Le respondería que usted es descendiente de seres humanos traficados a sangre y fuego desde el continente Africano a las tierras de Abya Yala en calidad de esclavos. El pueblo al que usted pertenece conoce muy bien ese término, “ESCLAVITUD”, que aunque fue abolida desde Abraham Lincoln persistió bajo la semblanza del racismo y la discriminación que si bien se ha reducido, aun es una práctica en Estados Unidos y otras partes del mundo. Todo por la supuesta y mal llamada supremacía blanca.
Pues bien señor Obama, la sociedad donde usted se ha desarrollado y en la que ahora ocupa un lugar prominente, ha vivido entre el lujo y el derroche mientras han mantenido a millones y millones de humanos, en el analfabetismo, la insalubridad, pobreza extrema y muerte…… en la esclavitud.
Y ha sido esa práctica de los gobiernos de la empresa privada, representada en el partido republicano estadounidense y Europea la responsable del empobrecimiento del tercer mundo porque no es cierto que haya países en desarrollo como lo sugiere el sistema dominante que desde 2007 está dando patadas de ahogado y que intenta, con dinero, billones y billones de dólares y Euros, revertir la situación.
El bloqueo económico contra países como Cuba, Nicaragua, Corea del Norte, Iran ha sido el método para extender la esclavitud mientras gobernantes estadounidenses y europeos han vivido cómodamente alentando la explotación de países indefensos, regidos por gobernantes manipulados y empresarios corruptos.
Han saqueado estos países y lanzaron la idea de los Tratados de Libre Comercio para legalizar la explotación inmisericorde de los recursos naturales no renovables con las actividades mineras.
Lo que los llamados países industrializados están viviendo desde 2008, en recesión y contracción económica y que recibió el golpe fatal con los negocios turbios de las hipotecas, es la paga por esa esclavitud.
Ahí está Africa, un continente sobre explotado y sometido a los intereses de las transnacionales que no dudan en pagar ejércitos de mercenarios y hasta el apoyo de la organización de Naciones Unidas con tal de saquear recursos como el níquel, aluminio, petróleo, gas, oro, diamantes, esmeraldas. Esa práctica ha llevado a la tumba a millones de Africanos que se han opuesto a la minería en defensa de su patrimonio.
El conflicto de Sudan y las masacres en Darfur han sido responsabilidad de la Gran Bretaña con sus aspiraciones imperialistas desde que invadió esas tierras.
Y sin ir muy lejos, están las guerras declaradas por Estados unidos y sus aliados en Irak y Afganistan para asegurar los recursos energéticos y mantener un sistema no capitalista sino mercantilista corrupto como bien lo demostraran los bancos y las empresas quebradas. A pesar de ser los culpables de la crisis que los agobia y que alcanza a otras sociedades hasta la fecha no hay ni uno solo de los causantes, respondiendo ante la justicia. Gozan de impunidad y gracias a ella, todavía son premiados con inyecciones económicas.
Si usted me pregunta, señor Obama que quiero, le digo que como muchos miles de millones de humanos sumidos en la pobreza, que fuimos objeto de invasiones criminales, golpes de estado, masacres, violencia y delincuencia, pobreza, miseria y frustración de nuestro sueños como cualquiera otro ser mi deseo es que el capitalismo se hunda bajo el peso de su propia podredumbre.