Es Jueves 10 de Junio 2010, un día después que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, dominado por las potencias bélicas y económicas, hoy resquebrajadas y con tendencia a sumirse en el fondo de sus atrocidades, aprobara aplicar más sanciones contra el gobierno Iraní de Mahmud Ahmadineyad a quien acusan de irresponsable al no negociar sus programas Nucleares, bajo la sospecha de que busca fabricar armamento de destrucción masiva.
Como ha sido su actitud desde la segunda guerra mundial, ese grupo de países sigue creyendo que puede atemorizar a los pueblos como lo han hecho con la invasión de Guatemala en 1954, Panamá, Grenada, Irak, Afganistan, empleando lo que mejor saben hacer, con métodos guerreristas que han sembrado terror, destrucción y muerte.
En esto están involucrados los Estadounidenses, europeos y judíos con la colaboración de empresarios y mercenarios.
Pero como lo advirtiera la civilización Maya, los pueblos de Abyalá Yala, de Oceanía, Indonesia y los que han sido esclavizados a lo largo del oceano índico y África., hemos despertado a nuestra propia y única realidad. Nadie está sobre nosotros por muchas armas, lujos o dinero que digan tener.
El despertar está activado y se puede notar en las tendencias no solo políticas sino sociales donde se está manifestando la solidaridad, el basta ya a las imposiciones de quienes han explotado y oprimido a las naciones y aunque los anillos imperiales mantengan a sus fieles serviles, léase empresarios, universitarios de derecha, medios de comunicación financiados, cada vez están siendo derrotados. Véase lo que en la última década ha ocurrido en el Cono sur, en América Central y en algunos países asiaticos mientras el imperio de las finanzas criminales, del contrabando de armas, drogas, trata de personas, trafico de órganos y negocios de mercenarios, se están deslizando hacia el fracaso. Comparando.
Hasta antes de la crisis financiera, era común encontrar en los contenedores de basura de ciudades como Londres y Madrid, buffets casi completos, pizzas a medio comer, ensaladas medio tocadas, aparatos electrodomésticos casi nuevos, computadores, Nintendos, televisores, hornos de microondas que eran recogidos por los indigentes, todos inmigrantes que tuvieron que abandonar sus países y hogares a causa de la explotación inmisericorde de los poderosos.
Ahora se nota la diferencia, desde sindicalistas, profesionales, amas de casa de ésos países ponen el grito en el cielo ante las apreturas que tienen que padecer por la crisis económica. Ya no se encuentra en los basureros todo ese desperdicio mientras los pueblos oprimidos han estado siendo asesinados de hambre y miseria.
Pues este día después de la resolución del consejo de seguridad de la Onu, impulsada por Estados Unidos, hemos escuchado a Barack Obama hablar de Iran y sus presuntos planes para fabricar bombas nucleares, tachando al régimen Iraní de irresponsable. Pero, se ha cuidado muy bien, de no decir nada del armamento nuclear en poder de Israel, un estado que salió de la manga de un mago sólo para mantener la inestabilidad en una región vulnerable a la influencia de occidente amenazando a los países de Oriente.
Iran no puede renunciar a su propia seguridad porque en la puerta está la ambición racista y abusiva presencia judía que sigue robando tierras a la nación Palestina, apoyados por los regímenes dictatoriales disfrazados de democráticos.
