domingo, 5 de junio de 2011

JUSTICIA

JUSTICIA
Estaba entre los planes antiterroristas de estados unidos, la desestabilización de los países del Norte de Africa en connivencia con Europa y, que mejor que empezar por las necesidades humanas de los más empobrecidos por ustedes, los invasores, ladrones de la riqueza natural para satisfacer sus ambiciones de poder que, no se puede negar que tuvieron pero, se acabó. A toda acción corresponde una reacción, de la misma intensidad, pero en sentido contrario. Los crímenes que ustedes están cometiendo contra la humanidad para mantener su status quo, se han vuelto contra ustedes. El hombre nuevo no necesita armas para ver su destrucción, de la misma magnitud de lo que han causado. Toda causa tiene su efecto. Son principios que rigen el universo y ustedes los han transgredido a su sabor y antojo. Bienaventurados los sedientos de justicia porque de ella serán saciados, cada vida arrebatada, cada niño masacrado, violado, violentado, desnutrido, muerto para el mundo que ustedes han creado, está vivo y reclama su derecho a vivir. El dinero que tienen no sirve, es una fantochada y se ha estado apolillando. Con su mano han sembrado, siembran destrucción y muerte y esta vez las armas que como escudo han esgrimido son inútiles, la destrucción no vendrá del cielo sino de cada uno de ustedes. Con su mano están empezando a cosechar... lo que sembraron. Malditos. Hoy sábado 29 de Enero 2011, sus noticieros pudieron ver la movilización de musulmanes en su territorio y ya no tardan en despertar el resto de inmigrantes que están dándose cuenta de lo que ustedes están haciendo en su tierra, la que los vio nacer y ustedes sojuzgan, la han arrasado. Esa ha sido su libre empresa. Ahora, los emprendedores de la visión humana se alzan sobre la miseria en que ustedes los mantuvieron y accionando su razón de ser, contemplan la destrucción de lo que por años se asumió como un imperio.
Tiempo de reír, tiempo de llorar, tiempo de morir.
Si de señales se trata, el mundo entero ha sido testigo del tsunami fluvial que sumió ciudades y pueblos enteros de Australia, bajo el agua. Lo mismo en Alemania, Brasil, Colombia, Paquistán, India, deslizamientos en Costa Rica, meses atrás Centroamérica y México, Bolivia, España, Polonia, Republica Checa, Gran Bretaña. Nevadas severas en Europa, Canadá, Japón el once de marzo dos mil once. A los japoneses los respetamos, si, pero los odiamos por la matanza de ballenas. Es contradecir una tradición de ese pueblo como enseñanza universal, esclarecedora del pensamiento humano y, si no que lo diga su arte, su tenacidad, su empeño por no estar, jamás, vencido.
Pero lo que han hecho con el pueblo árabe al igual que lo han hecho con los pueblos originarios, reclama, justicia. No se levantarán más contra otro humano. La era de los imperios, acabó. Ni el sol naciente, ni el águila, el oso o los reinos, valen más que la vida humana, por cada uno que han asesinado, millones se están levantando entre los muertos para recuperar lo que le han robado, la vida. El pueblo estadounidense, manipulado por el interés de unos pocos, ha estado bien hasta no hace muchos años. Todo comenzó con Ronald Reagan. No son los estadounidenses los criminales, sino quienes los gobiernan pero lo que no saben o pretenden ignorar, es que cada pan, cada pastel, cada golosina, lujo, comodidad, riqueza, bienestar, ha costado millones de vidas humanas. Esa información jamás les llega porque sucede en los países que han sido su paraíso turístico y de negocios. Cito a continuación a un insigne físico, Albert Eistein, cuyo estudio del universo nos dice, a propósito. “Las sociedades tienen menos sentido de responsabilidad y menos conciencia que el individuo”. Pero ese pueblo estadounidense ha dado muestras de raciocinio y se ha levantado contra los desmanes de quienes demagógicamente, les han infiltrado que es la Democracia y la libertad. Si, sojuzgando a los demás. Obama no puede hacer otra cosa desde el púlpito político que negociar con el crimen organizado que gobierna esa nación, junto a europa y los judíos. A menos que el pueblo estadounidense despierte y se recuerde que cada bocado que se lleva a la boca ha costado millones de vidas, niñas, niños, mujeres, ancianas, ancianos, hombres, están condenados junto a los que los han mantenido como reyes en este mundo, al igual que europeos y judíos.