viernes, 23 de febrero de 2007

ATEISMO

El descenso en la calidad de la educación en los países invadidos por España allá por 1512 y años sucesivos, una vez ubicados durante la exploración de Vespucio y Colon, ha permitido que millones de latinoamericanos tengamos un escaso y hasta ningún conocimiento de muchas materias y entre ellas, particularidades del idioma.

Esto ha significado para los seres humanos ser objeto de una manipulación al mas alto nivel con el objetivo avieso de mantenerlo en la ignorancia mientras los grupos que se han considerado selectos, intocables, superiores gozan de toda clase de privilegios e impunidad, influyen en las actividades económicas, políticas y sociales, mercantiles, y en las guerras.

Para no andar con rodeos, las corrientes religiosas, un término arbitrario han sido y siguen siendo las bases de inducir para su beneficio las creencias en tal o cual ser al que además le atribuyen el epíteto de Divino.

Por que hablamos así, pues porque para comprender el significado de cada palabra, deberíamos conocer su origen y este solo lo encuentra quien conoce de ETIMOLOGIA.

Este según investigaciones de los idiomas deviene del latin “etymologia” y este del Griego “etymonlogia” que está formado de etymos (verdadero) y logos (palabra) que significa “verdadero origen de las palabras”.

Para comprobar esto que afirmamos, usted puede recurrir a las mejores enciclopedias o a la internet, ya que la mayoría de diccionarios son muy escuetos.

Una vez plantada la cuestión aportamos la siguiente definición del tema de esta ocasión o sea “ateismo”: que sería la falta de creencia en cualquier dios, referida al ejercicio filosófico y en su etimología del griego Azeos, sin dios.

Pero de donde deviene el sustantivo Dios, pues del latin Deus que a su vez deriva del griego Zeus que cambió a Deus y después a Dios de la misma raíz indoeuropea que “dia” y significa sol brillante. Mientras que los romanos que lo incorporaron a su conveniencia lo establecieron como Zeus Pater que por uso vulgar se convirtió en juez pite o Júpiter.

Pues bueno, Zeus no era nada mas ni nada menos que el padre de los dioses del Olimpo en la antigua Grecia, en tanto los Judíos lo identifican como Jehová que no lo pronunciaban porque el tercer mandamiento cita: “no usarás el nombre de dios en vano y lo identificaban como Adonai, Elohim, Shadday o Emanuel.

La historia es aleccionadora sobre los intereses de adoptar tal o cual costumbre, por parte de los invasores y conquistadores para congraciarse con los sometidos o sea, como reza el proverbio “a donde fueres haz lo que vieres” y después del derrumbamiento del imperio romano adoptó costumbres, detalles religiosos y alegorías el cristianismo con el Vaticano a la cabeza.
Y a Zeus y los demás dioses del Olimpo la misma historia los incluye en la Mitología Griega que si usted es acucioso establecerá que es una especie de leyenda o alegoría que podría ser producto de la imaginación o intereses particulares porque, precisamente forma parte de la religión, en este caso de la sociedad Griega.

De modo que quienes son llamados ateos no incurren en delito de ninguna especie sino tienen su propia convicción, opinión y derecho a disentir, con mayor razón si son los sometidos o descendencia de los esclavizados.
Desde luego para las corrientes dominantes no hay nada mejor que condenar como hizo la inquisición, con la premisa de que los adeptos, como borregos, rechacen y hasta condenen a esos Ateos.

Un rasgo frecuente en las alocuciones de presbíteros, pastores, ministros o clérigos, por ejemplo, cuando se dirigen a sus fieles, es decir que: “Dios es celoso, que no quiere tal o cual comportamiento, que desea esto o lo otro de ti, para ti y por ti, pero se contradicen porque si la terminología afirma que esta en todo, es todo poder y es todo conocimiento, significa que si desea o quiere algo, no es lo que se supone.

Así, por el estilo hay una serie de incongruencias que por estar aborregados, para algunos hipnotizados y para los mas radicales es estar drogados y, además, por falta de educación o pereza mental, aceptamos de buena gana todo lo que dicen los supuestos expertos en teología y demás hierbas similares.

Recuerden que precisamente durante siglos se ha mantenido el criterio de que el conflicto de la filosofía lo establece la diferencia entre materia e idealismo, una situación que la física cuántica ha resuelto al realizar experimentos con las partículas subatómicas y determinado o descubierto que un electrón, que gira alrededor del núcleo del átomo, si se encuentra en una orbita cercana al núcleo, entonces es detectado como onda pero, si se aleja, es decir, salta de una orbita interior a la exterior, es detectable como masa.

Al otro lado de la mesa los llamados espiritualistas solo pueden recurrir a una imagen que atribuyen a la iluminación para afirmar acerca de la existencia de un ser divino creador del universo, algo que, insisten, solo puede ser aceptado por fe.

Los contemplativos que aunque han transcurrido siglos siguen existiendo, se intentan explicar la existencia del universo de una manera mas o menos aceptable al afirmar que el universo tal y como lo conocemos es mental.
Es decir, está en la mente del absoluto a quien el humano en su estado actual, somnoliento, no puede conocer, sino solo su obra que se refleja en la naturaleza.

Sostienen que el todo está en su obra pero es independiente de ella.


Los que recurren a las alegorías, mitos y metáforas sobre un ser divino, incluso, lo conocen tan bien, según su política de convencimiento popular, que les deja sustanciales dividendos, que aseguran que es celoso y que tiene un hijo único.

Lo señalan, literalmente, como alguien que discrimina al resto de seres lo cual falla por su base porque también afirman que está en todo y eso significa que está en usted, en ellas y ellas...en nosotros, además de en las piedras, el monte, el agua, las nubes, etc.

Esa manía de ponerle epítetos al creador tiene un nombre y se denomina: Antropopatía, que significa atribución de cualidades, pasiones o defectos humanos a la divinidad.

No se trata de quitar a nadie de la noche a la mañana lo que le ha sido sugerido o implantado, de generación en generación, desde la niñez, sino de que en medio de la gama de denominaciones religiosas, se descarte a los manipuladores, los comerciantes de la fe y tengan acceso a otros conocimientos.

Esos mismos que afirman en forma cotidiana que el creador como ellos lo pintan concedió “LIBRE ALBEDRÍO”.

Hay quienes aseguran que la Biblia, no la que conocemos hoy, no era, religión para nada sino un compendio de alquimia, sicología profunda que asegura nos permite conocer y deshacernos de nuestro plomo, es decir, complejos, debilidades, temores, miedos, imposibilidades, egoísmos, es decir, la escoria y sacar nuestro oro, seres íntegros, fundidos uno con el universo o el todo si lo prefiere.

Al respecto, puntualizan la siguiente máxima: “Todo está en el Todo y no es menos cierto que el todo está en todo”.

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