lunes, 27 de agosto de 2007

Tomemos Agua....no embotellada

El 61,6% del cuerpo humano o del peso de ese cuerpo está constituido por agua, según el informe oficial del Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Fao.

El estudio especifica que ese líquido que a estas alturas del siglo xxi se está agotando en el mundo o está altamente contaminado aporta líquido al cuerpo y ayuda a regular la temperatura corporal.

Los estudios acerca del valor del agua para el cuerpo humano, léase bien, “agua” no limonada ni refrescos ni supuestos jugos enlatados o embotellados, bebidas carbonatadas o gaseosas, es un elemento para la sobre vivencia.

La ciencia milenaria de oriente asevera que la ciencia tradicional apenas si sospecha el valor que ese líquido tiene para la vida de las especies vegetales, animales y humanas además de su composición química.

Se trata de una especie de energía no detectable, a no ser por sus efectos que sería la responsable de propiciar la combinación del hidrógeno y el oxigeno y su cohesión.

El agua combinada con frutas aunque sabe bien se convierte solamente en vehículo de los zumos y la pulpa molida perdiendo su capacidad renovadora de tejido celular.
Embotellada, los entendidos la califican como agua muerta por lo que sugieren “airearla”, trasegándola de un envase a otro para que recupere parte de su vitalidad.

El negocio con el agua empezó con la invención de bebidas carbonatadas que actualmente abundan y hacen ricos a los mas ricos en detrimento de la salud y amenaza para la existencia de la vida en el planeta.

Un despacho fechado en Washington por la agencia Efe, el 23 de agosto 2007, indica que las bebidas sodas endulzadas con jarabe de maíz de alto contenido de fructuosa pueden contribuir al desarrollo de diabetes, especialmente en los niños.

Esta deducción fue presentada ante la 234 reunión nacional de la Sociedad Química de Estados Unidos.
Agrega que en un estudio de laboratorio de bebidas carbonatadas de consumo común los científicos encontraron que las bebidas que contienen ese jarabe tenían altos niveles de compuestos reactivos que pueden iniciar los daños de células y tejidos que conducen a la diabetes.

En ese país, unos 20 millones de personas padecen la enfermedad.

Además, el agua está escaseando en Estados Unidos como revela un estudio de la plana de la web Ecoportal que consigna lo siguiente:

“El lago Mead, considerado la mayor reserva de agua de Estados Unidos, alcanzó la más notoria reducción de su nivel desde fines de los años sesenta. Con 30 metros por debajo del mínimo nivel de agua registrado históricamente, el Servicio de Parques Nacionales de ese país ordenó cerrar el muelle y extender rampas para botes. El fenómeno es apenas la punta del iceberg, pues se estima que en menos de cinco años unos 100 millones de estadounidenses sufrirán escasez de agua, indica el investigador costarricense Freddy Pacheco”.

Los especialistas atribuyen esta reducción del nivel del agua a la gran sequía de los últimos siete años en el estado de Nevada y a una mayor demanda de agua por el explosivo crecimiento de la población en la región sudoeste de los Estados Unidos. Las autoridades de parques nacionales colocaron carteles en la zona para advertir a los lugareños sorprendidos sobre el traslado del muelle a otros puertos cercanos. Todo indica que el precio del agua envasada aumentará inevitablemente”.

Terroríficamente, la investigación anota que: En las negociaciones del TLC entre los países de Centroamérica y Estados Unidos los negociadores centroamericanos no se reservaron el derecho a imponer regulaciones a la extracción y exportación del agua envasada, pese a las malas experiencias de comunidades canadienses e incluso estadounidenses con el NAFTA.

El negocio de la venta de agua envasada supera los 100 mil millones de litros, cuyo precio es unas 2.000 veces superior al del agua de grifo.

Voceros de una compañía envasadora informaron que el coeficiente global de uso de agua en la producción de las bebidas gaseosas es de 2,54 litros de agua por litro de producto. Sin embargo se sabe que por cada litro de la soda sólo el azúcar que contiene necesita entre 175 y 200 litros de agua y que en el proceso de limpieza se utilizan 10 litros de agua por cada litro de producto.

Del modo como se presentan las acciones transnacionales en este rubro mas la minería no está lejos la advertencia de que la posesión del agua se vislumbra como el mayor conflicto geopolítico del siglo XXI. Más de mil millones de personas no tienen acceso al agua potable y 2.600 millones no cuentan con sistemas de saneamiento. La demanda se duplica cada 20 años y se espera que en menos de 20 años la demanda sea mas de un 50% superior al suministro.

En Guatemala todos ignoramos el contenido del TLC con Estados Unidos, en esta materia y quizás por ello no progresa en el Congreso legislativo, una iniciativa de ley de Aguas por lo que sería oportuno una investigación no de las instituciones estatales sino de las organizaciones que defienden y pretenden preservar el ambiente.

Convendría que después de décadas en que la influencia de la Universidad de San Carlos ha casi desaparecido de la agenda nacional en diversos tópicos y hasta en la presentación de iniciativas de ley, invirtiera esfuerzos para prevenir conflictos en el corto plazo.

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