martes, 23 de enero de 2007

EL JUICIO FINAL

“MAGÍSTER DIXIT”, era una expresión latina que citaba nuestro catedrático de sicología en el quinto año de la carrera de Magisterio aquí en Guatemala y eso ocurría en 1967.

Esto significa, literalmente, “el maestro lo dijo” pero don Guillermo Echeverría, el catedrático en mención, lo enunciaba así: “el maestro lo dijo y es ocioso discutir”.

Agrega la definición que usted puede buscar en Wikipedia que la idea subyacente en ese aforismo es que todo conocimiento solo puede proceder de los maestros y de la enseñanza tradicional y que en la edad media solía referirse a Aristóteles.

En un mundo, dice, donde se admitía que el conocimiento venía inspirado por Dios, el gremio intelectual debía considerarse como inamovible y por tanto, contradecir a Aristóteles casi era contradecir a Dios.

DOGMA

La Real academia de la Lengua española lo define como: Principio básico e innegable de una ciencia.

En la religión católica: “verdad revelada por Dios y declarada como cierta e indudable por la iglesia

O también

Fundamentos capitales de cualquier ciencia o doctrina.

Son sinónimos de Dogma: evangelio, religión, teología, doctrina, fe, afirmación.

Y el antónimo es Sofisma que alude a la Razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir lo que es falso.

Esos términos tienen relación con el tema de esta ocasión, estimulado por una noticia de la BBC de Londres titulada “Adelantan el Reloj del Juicio Final”

El adelanto, según la nota, obedece a que los expertos que analizan el peligro de la civilización mundial, añadieron el cambio climático a la lista de amenazas que aniquilarían a la humanidad.

El reloj no es imaginario, existe y fue creado por la publicación especializada Boletín de los científicos atómicos Bas y que ahora marca cinco minutos antes de las doce de la noche.
“El simbólico reloj apareció, por primera vez en 1947 en las oficinas de la revista, en Chicago y las manecillas se colocaron faltando 7 minutos para la media noche y desde entonces ha sido modificado 18 veces”.
Esto era por la amenaza latente que representaba la posesión de armas nucleares pero los expertos consideran que han surgido nuevas amenazas, el cambio climático, por ejemplo.
Achacan a las emisiones de dióxido de carbono, el peligro, creado por las industrias mas florecientes, particularmente de Estados Unidos que se niega a reducirlas.

Y no es para menos que se califique como parte del juicio final porque es notable el cambio climático como los temporales que este enero azotan el norte de Europa y que causó dieciocho muertos en Francia, Reino Unido, Alemania y Holanda.

Mientras en España la ministra de ambiente Cristina Narbona dijo refiriéndose a la sequía que: “es la más grave que ha afectado nunca a España”.

Y a mediados de Enero 2007 (escribimos esta nota el día 18) los científicos un tanto alarmados, se referían al desprendimiento de una barrera de hielo, conocida como Ayles de entre 3.000 y 4.500 años y una de las seis que quedan en Canadá. Con 66 kilómetros cuadrados y 40 metros de grosor.

Esto sin tomar en cuenta la dramática reducción de extensas zonas boscosas en todas partes del planeta y del caudal de ríos, glaciares, migración de especies marinas y terrestres y otros sucesos que aunque aparentemente menores, apuntarían a una situación caótica en un futuro no tan lejano.

EL JUICIO FINAL

Las versiones que circulan al respecto, infunden temor y hacen de lado la lógica pero sostienen el dogma del cual ya hemos presentado la definición. Según la religión es el fin del mundo en el cual toda la humanidad será juzgada por sus actos.

Es el día en que Dios juzgará a todos los seres vivos y creará la nueva tierra, la cual será gobernada por El mismo desde la nueva Jerusalén.

Aquí entra en juego la lógica si nos atenemos a los términos en que se han sustentado las denominaciones religiosas, por ejemplo, que el creador es Omnisciente es decir, es todo el conocimiento, Omnipresente, está en todo y en todos y Omnipotente, es todo poder.
El innominado como dicen los orientales, según la lógica, esta aquí y ahora y conoce todos nuestros actos y hasta los que habremos de acometer, así que eso del juicio no tiene razón de ser a menos que sea un mecanismo de tortura.

Si a ese absoluto que solamente es conocido por su manifestación pero no en su intimidad, deseara o quisiera algo dejaría de ser absoluto por que le faltaría algo y eso de omnipresencia y omnisciencia sería falso.
Otra contradicción ocurre entre el concepto religioso de que el hombre será salvo por Fe y no por obra, de modo que eso de que será juzgado por sus actos se elimina por si solo.
La concepción de algunos llegó al extremo, como lo hizo Miguel Angel Buonaroti cuando en el mural que realizó en la capilla Sixtina del Vaticano, por encargo del papa Pablo III, en 1535, sitúa en el centro a Cristo quien con un movimiento brusco separa a los justos de los pecadores. ¿Y no que es amor, que el amor todo lo puede, todo lo perdona y todo lo tolera?.

Este fresco para la mayoría de creyentes, es una interpretación fiel de lo que registra el libro del Apocalipsis y que así habrá de ocurrir, olvidando que es la concepción de una corriente que impuso su modo de ver la creación para infundir temor, dependencia y dominio.


k1948@itelgua.com

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