PONERLE TITULO
"Porque no soy ni un hombre de ciencia, ni un observador, ni un experimentador, ni un pensador. Soy nada más que un temperamento de conquistador, un aventurero, si lo quieres traducido, con la curiosidad, la osadía y la tenacidad de un tal".
El párrafo está relacionado con un intercambio de correspondencia entre el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud con el aleman Friedrich Nietzsche, a quienes cito en este intercambio con ustedes con relación a una noticia cuyo título es tal vez preocupante o para cranear como se estiló entre la juventud de las décadas 60 y 70 y uno que otro, todavía.
Dice: “Los jóvenes europeos están perdiendo el apetito sexual”. Según el despacho de la agencia de noticias EFE eso sucede como consecuencia del miedo a no cumplir con las expectativas creadas por los ideales de belleza actuales y a problemas de producción de testosterona.
La cita tiene que ver con el Noveno Congreso de Medicina Sexual que concluyó el 6 de diciembre 2006, en Viena, Austria.
Eso de apetito sexual, todos creemos saber a que se refiere y generalmente lo admitimos porque está contenido en las lecciones de psicología impartida durante buenos años a estudiantes de magisterio y universitarios de la escuela de humanidades.
Asumida como una ciencia gracias al legado de Auguste Comte a quien debemos la separación de las ciencias que antes estaban encuadradas en la filosofía, la psicología como otras muchas cosas en la vida que conocemos, fue objeto de una revolución y como en anteriores artículos citamos a Karl Gustav Young como el culpable de eso.
De no ser por él, muchos seguiríamos aceptando las definiciones de la psicología tradicional porque todos sus estudios están hechos sobre la personalidad (PERSONA=MASCARA); (PERSONAJE: ACTOR) ó sea todos los papeles que como humanos desempeñamos a lo largo de nuestra vida, valga decir, hija o hijo, hermano, estudiante, esposa o esposo, papá o mamá, el oficio que hacemos como carpintero, zapatero, hojalatero o de la profesión que hayamos cursado.
PARÉNTESIS: Aunque usted posiblemente ya lo ha sospechado, los cuentos infantiles tienen un método de psicología que pasa inadvertido como por ejemplo BLANCA NIEVES Y LOS SIETE ENANOS: Mudito, Sabio, Estornudo, Feliz, Tímido, Gruñon y Dormilón. A ojo de buen cubero cada enano representa el estado de ánimo entre dos enamorados, esto en la ciencia tradicional de la conducta pero otros estudiosos ven mas allá de esto, lo que dejamos para que usted lo investigue y es donde entra el trabajo de Young.
Los osados del comportamiento, mas allá de lo evidentemente humano, (la carne es débil) afirman por ejemplo que los siete enanos del cuento de Blanca Nieves, representan las siete fuentes de conocimiento individual a las que denominan chakras.
Para Freud el apetito sexual se traduce como Líbido y para Nietzche de quien sus padres esperaban ver como clérigo porque dentro de su formación figuró la teología, es simplemente voluntad de poderío.
La raiz de la Líbido porque está en femenino, significa deseo sexual o lujuria pero, tambien, citando a Young, es la libre creatividad o energía psíquica que un individuo dispone hacia el desarrollo personal o individualidad de si mismo.
La líbido también se refiere a la energía de las pulsiones sexuales, según Freud, el afecto que se encuentra ligado a determinada pulsión, (Estímulo, fuerza biológica que provoca ciertas conductas).
En términos económicos, es la cantidad que aumenta o disminuye y en términos de la física, el módulo o intensidad de la fuerza (vector) pulsional.
En el caso de los jóvenes Europeos donde el supuesto desarrollo económico significaría mejor preparación intelectual y anímica, resulta contradictorio que pierdan el apetito sexual por cuestiones como los ideales de belleza actuales y la producción de testosterona. Algo anda mal.
El despacho citado como fuente de estas líneas, señala que cada perturbación de la sexualidad tiene consecuencias dramáticas para la calidad de vida pero es estimulada por falta de movimiento, es decir, sedentarismo; y falta de confianza en si mismos.
Opiniones adelantadas, con fundamento real, claro está, afirman que estos problemas de la juventud europea y de otras latitudes, obedece a la falta de información en cuanto la virtud del sexo pues no es simplemente una práctica de placer pasajero sino un principio de vida.
Para finalizar, los datos expuestos durante el noveno Congreso de medicina sexual, señalan que en europa, un 32% de las mujeres de entre 18 y 24 años, muestra una pérdida de líbido.
El 14% de varones entre los 18 y 44 años carece de apetito sexual, un 30 por ciento sufre de eyaculación precoz, 18% tiene miedo a fracasar en el sexo y entre un 7 y 17% experimenta otras complicaciones en la erección.
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