Definido está que, en ningún momento, el maestro Jesús dejara como una norma del comportamiento del clero, el llamado “celibato” o sea que los curas o clérigos no podían tener mujer.
Entonces, surge la pregunta: ¿A quien se le ocurrió esa idea que ha sido la promotora de relaciones sexuales clandestinas, humillantes, delictivas de los presbíteros y muy posiblemente alentadora de hechos violentos y quizás asesinatos?
Cabe suponer a la luz de lo tortuoso de las religiones que, constituyen una monarquía, que la intención es evitar que los clérigos tengan vida social como el común de los mortales, pues entonces son inconvenientes para el gobierno religioso ya no son efectivos y tampoco serían fieles instrumentos para mantener los postulados que sojuzgan a quienes los mantienen, sin trabajar.
Decíamos monarquía pues se organiza en forma similar ya que al llamado Papa que es el primer obispo, le sigue en orden jerárquico: obispos, presbíteros y diáconos.
Datos oficiales indican que hasta el 2004, ese gobierno tenía 2755 obispados o , diócesis cada uno con un obispo que la preside como responsable del bienestar “religioso” de los creyentes que están en su área geográfica.
Ese celibato también, podemos suponer, y así ha sucedido, les permite a los miembros de ese satisfacer las necesidades sexuales naturales en el humano y hasta tener hijos sin estar obligados a mantener una esposa, hijos, estudios, salud, vivienda, en fin trabajar como lo hacemos quienes vivimos en el mundo que ellos condenan.
Y, asimismo han producido clérigos a quienes resulta fastidiosa la abstención y por ello han incurrido en pederastia y violaciones que en el caso de Estados Unidos, para no ir a proceso penal, las diócesis han tenido que pagar varias decenas de millones de dólares a las victimas.
En Barroso, Portugal, decíamos, las autoridades aseguran que es tradicional que haya sacerdotes con vida marital, la cual entienden como una necesidad vital. “El pueblo prefiere curas que tengan una relación seria antes que otra hipócrita y dudosa, sostuvo el alcalde Montealegre, capital de la provincia.
En declaraciones a la agencia efe, el historiador José Baptista, citó el caso del clérigo Amadeo Santa Mariña que tuvo ocho hijos con Florinda, una Española, bautizados en Galicia y reconocidos por el párroco portugués.
Pero en la otra esquina, tratando de tapar el sol con un dedo Joaquin Goncalves, responsable de la diócesis declaró a la agencia de noticias no tener conocimiento de que existanconvivencias en régimen familiar entre curas y mujeres.
Antonio Laurenco Fontes, dice el despacho, un popular y polémico párroco quien justifica el abandono del celibato por los curas locales, colabora activamente en fiestas paganas, dirige un hotel y organiza un congreso con participación de supuestos brujos y hechiceros.
Pues este singular hombre de sotana, afirma que la gente de la región acepta y no ve con malos ojos la opción carnal en los párrocos precisamente porque es “un pueblo muy religioso, tiene necesidad de curas y saben que el celibato complicaría su presencia en esas tierras.
“Canta bien el ruiseñor,
suelta al aire un silbido que,
también los hijos del cura,
llaman al padre señor tio.
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