viernes, 18 de mayo de 2007

COMPLACENCIA

Con la complacencia de autoridades religiosas y feligreses es común en Estados unidos, comprar voluntades en cuanto los abusos sexuales que cometen los clérigos.

No importa el daño psicológico y espiritual que causan sus atropellos, desvíos, abusos y violaciones de niñas, niños y adolescentes.

Hablamos de las millonarias erogaciones que hacen las congregaciones católicas para evitar ir a juicio y sus miembros sean encarcelados como le sucedería a cualquier hijo de vecino en ese y otros países.
Un despacho de la agencia Efe de noticias fechado en Washington, informaba el 12 de Abril 2007 que:

“El cardenal Rogelio Mahony ha anunciado que pondrá a la venta el Centro Católico Archidiocesano de Los Ángeles para financiar indemnizaciones por 60 millones de dólares a personas que han denunciado abusos sexuales de algunos sacerdotes”.

Y vaya que manejan sumas millonarias pues esa arquidiócesis aportará de sus arcas unos $40 millones respecto a 46 casos civiles de los cuales se sospecha el abuso sexual cometido por el clero.

Lo repugnante del asunto es que este Mahony muy congruente con la denominación a la que pertenece explicó: “que durante los últimos meses "abogados, jueces y líderes eclesiásticos han trabajado diligentemente para llegar a un acuerdo que sea justo e imparcial".

Eso sin contar los numerosos casos que la iglesia ha ocultado e intentó ocultar a los ojos de la feligresía y del mundo pero no ha evitado el juicio critico en ese país donde la tolerancia no es tal sino una evasión de la justicia.

Se imagina usted lo que ha ocurrido como para que esa corriente fijadora y regidora de la moral haya pagado hasta la fecha, desde 1950, $1500 millones?.

No todo queda ahí pues para no pagar, al menos cuatro diócesis de ese país se han declarado en bancarrota.
Y para su sorpresa, la nota cita datos financieros de la arquidiócesis de los Angeles, y afirma tiene unas 1.600 propiedades en el sur de California, valoradas en unos 4.000 millones de dólares (4.670 millones de euros).
La mayoría de esas propiedades son templos y escuelas, aunque la Iglesia también posee pozos petroleros, granjas, estacionamientos y edificios comerciales.

Estos datos son citados para que usted a quien esa corriente le sugiere vivir con humildad y despreciando las cosas mundanas, las riquezas y los lujos, sin embargo, no hace ostentación de su haber porque entonces, que dirían los fieles. Se apoyan en un Cristo que anduvo en sandalias por Palestina y otras tierras del oriente medio, quien entró a Jerusalén montado en un asno y vivió, pobremente, como dice la doctrina alienante. No queda todo aquí.

Ese mismo día, efe fechaba otro despacho en la capital estadounidense, refiriendo que la diócesis católica de San Diego, en bancarrota desde febrero por las demandas de supuestas victimas de los abusos sexuales de algunos sacerdotes, tiene una contabilidad tan complicada y confusa que un tribunal necesitará un especialista para entenderla.
Esa diócesis de 98 parroquias, posee aproximadamente 770 cuentas bancarias y casualmente, el 27 de Febrero pidió la protección de un tribunal bajo la ley de bancarrotas, pocas horas antes que comenzara el juicio sobre las primeras de mas de 150 demandas por abusos de los sacerdotes.
El despacho añade que cuando la diócesis se declaró en bancarrota informó poseer propiedades por $95.7 millones y otros $60.4 millones en activos como acciones, bonos y cuentas de operaciones.
A propósito la jueza que tramita el caso de bancarrota, Louise DeCarl Adler, se preguntó: ¿por qué alguien necesita 770 cuentas bancarias?. “Yo, agregó, he tenido en este tribunal a corporaciones que manejan miles de millones de dólares y no tienen un sistema de contabilidad tan complicado.
Mientras, los millones de seres humanos adormecidos por esa corriente siguen depositando sus centavos en la tradicional limosna que es pedida en cada oficio religioso y otros tantos miles de millones viven en extrema pobreza, con hambre, sin educación ni salud o trabajo y seguirán esperan que se haga realidad el sermón de la montaña.

Seguimos.... El 17 de abril, en Guadalajara. México, se informaba del suicidio de un hombre de 26 años, quien se colgó de un árbol dentro de una casa que la iglesia católica tiene destinada para rehabilitar a religiosos que incurren en practicas de homosexualidad, pederastia y alcoholismo. Dichas prácticas son en la mayoría de veces, las causas por las que una cantidad no revelada de sacerdotes abandonan los hábitos aunque entre 1978 y 1997 se produjeron 21.850 deserciones.
Ahora vea lo siguiente: Joseph Ratzinger durante su estadía en Brasil, dijo desear que aumente el número de sacerdotes y que estén dispuestos a evangelizar a toda la humanidad, subrayando que también anhela el aumento de personas consagradas que van contracorriente y viven bajo “los consejos de pobreza, castidad y obediencia”.
Esto contrasta, evidentemente con los millones de dólares que tienen las sucursales no solo en estados unidos sino en otros países mientras otros miles de millones de humanos, creyentes que es lo peor, viven en la lipidia.
De Cara a la pobreza y miseria de millones de niñas, niños, mujeres y hombres, el máximo jerarca de esa organización eclesiástica tiene un trono de oro para demostrar la forma sencilla, humilde y pobre en que vive como aseguran deben ser los creyentes en Cristo. Y como a éstas alturas de la historia de la sociedad humana existe una especie de supermercado de religiones, denominaciones y creencias y la promoción de profetas, doctores, doctores en divinidades, desde la visita de Ratzinger a Brasil, empezó a circular “Solidaridad Católica”, una tarjeta de crédito auspiciada por el arzobispado de Río de Janeiro y Bradesco.

La tarjeta “bendecida”, que funcionará como otras, permitirá a la iglesia de ese pais, obtener algunas ganancias que, según afirman, irán a proyectos sociales bajo su tutela. Ah bueno...y con alguna regularidad, esa organización religiosa ataca la forma de vida de la mayoría de humanos en cuanto el mercantilismo y solo porque no le conviene, no ha tachado el uso de las tarjetas como cosa del demonio, sino que mas bien, hace uso de ella.

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