viernes, 4 de mayo de 2007

DOCTRINA

Las corrientes religiosas, que trabajan para mantener su estatus económico, están perdiendo fieles lo que se traduce en disminución de recursos económicos.
La fuga de creyentes tiene diferentes causas entre ellas, la espera de un milagro que nunca llega, lo repetitivo del mensaje que generalmente se refiere a la entrega de dinero o limosna, las evidencias de cómo viven los mediadores o sea clérigos, pastores, ministros y doctores, el estado de pobreza que no cambia y la salud que empeora, o la violencia que aumenta, la falta de justicia y otros derechos, tan tomados en cuenta por una divinidad que, a saber.
Las fugas, no son tan contundentes porque los fieles no abandonan la creencia sugestionada en su totalidad sino que buscan en otras ofertas del comercio religioso, lo que tanto necesitan y piden.
La competencia del mercado de fieles, como cada día es mas fuerte por la multiplicación de sucursales de otras iglesias, obliga a la corriente dominante desplegar acciones inmediatas para evitar más pérdidas de elementos que significa menos plata y menos poder.
En América Latina el ejemplo más visible ocurre en Brasil que recibiría a Benedicto 16 entre el 9 y el 13 de Mayo 2007 y donde se considera que, ante la huida de fieles católicos a otras confesiones, el grupo denominado “carismáticos”, parecía ser el único capaz de frenar la pérdida de fieles que buscan respuestas en otras corrientes.
Eso de carismáticos tiene su origen en 1967, cuando los entonces llamados profesores católico romanos de la Universidad de Duquesne, Pittsburg, reunidos en la casa de una mujer presbiteriana, dice la historieta, recibieron el don de lenguas y después imponen las manos a otros que también empezaron a hablar en lenguas.
En Brasil, la ocasión que sería aprovechada era la celebración de la V Conferencia general del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Donde el catolicismo ha reconocido que el avance de sectas, religiones evangelicas y la secularización esán mermando el numero de feligreses en Latinoamérica.
Y los carismáticos en Brasil porque podrían frenar las fugas?
Pues le cuento que un sacerdote estadounidense llamado Eduardo Dougherty lo puede, presuntamente lograr ya que posee emisoras de radio y televisión que retransmiten sus mensajes convincentes.
Hay otro que antes se dedicó al surf, Marcelo Rossi y que con conciertos de música logró atraer a unos 60 mil jóvenes en Ipanema y utiliza muy bien los medios de comunicación y nuevas tecnologías, bailarines, bandas musicales, ha vendido discos en cantidades de hasta seis millones y medio de ejemplares.
Ante ese panorama adverso para el Vaticano, Benedicto ha pedido reflexión para buscar la respuesta “justa” y hasta ve la necesidad de una nueva cruzada evangelizadora.
El sucesor de Pedro y Vicario de Cristo, o sea Benedicto 16, ante esa situación ha comentado que la iglesia católica en América Latina tiene enormes desafíos que afrontar por el cambio cultural generado por una comunicación social que marca los modos de pensar y las costumbres de millones de personas.
Lo que no dijo es que exactamente eso, es lo que ha hecho su monarquía desde hace siglos y que las fugas son por el cansancio de los humanos, hartos de creer en los dogmas o sea “nada” de nada y buscan en si mismos las respuestas a sus interrogantes, problemas y dificultades.
Movido por la pérdida de fieles o borregos, el jefe del Vaticano ha pedido a los católicos que “profundicen y asuman” el estilo de vida propio de los discípulos de Jesús, es decir, sencillo, alegre y con una fe sólida, “alimentada” por la oración y los sacramentos.
Esto nos da la oportunidad de incluir parte del contenido de un libro de la periodista gastronómica Eva Celada que refiere la dieta de los papas desde la última cena de Jesucristo y sus discípulos hasta el presente siglo 21.
Refiere las comilonas de lujo de los Borgia, Calixto III y Alejandro VI cuyos platos preferidos eran de la caza menor, las perdices y los faisanes y carne de caza mayor pero en escabeche siempre presentada de manera elegante.
La autora refiere que los banquetes durante el pontificado de Alejandro VI eran casi escandalosos al extremo que cuando cenaba en la calle era el atractivo de la gente, especialmente a la hora del o los postres.
Mientras Juan Pablo II comía acompañado de vino tinto español su sucesor desayuna, sencillamente, jugo de naranja, café con leche y dulces, almuerza pasta o fideos, pescado y frutas, refacciona con algún dulce y cena algo así como pan, yogurt y sémola.
En una especie de resumen de una nota publicada en el periódico “Las Provincias”, de España, dice: de la cocina vaticana han salido platos tan exquisitos como los huevos benedictinos: huevos escalfados con un lecho de bacalao, con una fina crema por encima y láminas de trufa espolvoreadas con caviar.
En fin, para tratar de revertir la situación desventajosa en cuanto el número de fieles el catolicismo se propone trabajar, dice, donde están aprovechándose las sectas o sea, donde la pobreza acampa a sus anchas.

No hay comentarios: