Si bien es cierto que algunos estudiosos sugieren no traer el supuesto pasado (tiempo y nuestros actos) al presente y a su vez, proyectarlos hacia el futuro, por algo existe en nuestras facultades, la memoria, es decir, el archivo de la historia.
Acerca del catolicismo, ha estado teñido, en diversas épocas de pasajes oscuros, atentatorios, censurables, condenables, dignos de no solo desear sino de exigir su desarticulación, es decir en cuanto a la supuesta autoridad, se refiere.
Y precisamente la memoria histórica que solamente es activada por algunos humanos, registra acontecimientos de los que poco o nada conocemos referidas a esa corriente religiosa como, la Inquisición, la santa sede en manos de la familia Borgia, la Gran noche de San Bartolomé o el asesinato de los Hugonotes, la integración del servicio secreto del Vaticano, el presunto asesinato del papa Juan Pablo primero, el asesinato de un jefe de la guardia Suiza y escándalos de homosexualidad, pederastia, entre otros.
Por si usted lo ignoraba, gracias a esa influencia nefasta, que está vigente, los efectos de sus acciones continúan resintiéndose y los propósitos agravan la situación de miles de millones de humanos.
Por eso, para entender el actual estado de cosas, es preciso revisar lo transcurrido.
Iniciamos
Durante su visita a México, en 1999, el extinto papa Juan Pablo Segundo, pidió perdón a los pueblos indígenas de América latina, es decir, emitió un mea culpa por las atrocidades cometidas durante la conquista, la colonia y muchas décadas más, por clérigos, conquistadores y milicianos.
También lo hizo con otras culturas el año 2000 y hasta envió un correo electrónico patentizando el arrepentimiento de la iglesia católica.
Desde la inquisición, que fue una instancia judicial creada por el Vaticano en la edad media, que históricamente sitúan los historiadores entre el año 476 después de cristo, es decir siglo V hasta el siglo XV con la caída de Constantinopla en 1453, fueron cometidos toda clase de crímenes contra grupos culturales sometidos para convertirlos al cristianismo.
Ese tribunal tenía la misión de localizar, procesar y sentenciar a las personas culpables de herejía.
El Santo tribunal como se le denominaba además implementó la persecución, encarcelamiento, vejámenes y torturas contra científicos, brujos y otros que denominaba bárbaros y paganos.
Lo simpático de ese mea culpa es que la inició el entonces pontífice apelando al perdón y al olvido y sustentándolo en la fe, un término que tiene sentido para quien domina pero no para quien es dominado.
En el caso de América, los conquistadores que llegaron al continente reconfortados por clérigos católicos, abrieron la brecha dejando miles de cadáveres en su recorrido para que posteriormente arribaran los sacerdotes, imponiendo la cruz.
No abundamos en información sobre la inquisición porque usted puede acceder al tema en libros de historia universal o en la internet.
Los Borgia
Esta familia con origen en los Borja de Valencia, España se estableció en Nápoles y Roma a mediados del siglo XV. Destacó Rodrigo Borja sobrino del entonces Papa Calixto III que lo nombró Obispo de Valencia en 1458, se doctoró en derecho en la universidad de Bolonia y pasó a ser notario apostólico.
Para no hacer larga la historia, fue vicecanciller, general del ejercito del vaticano y como Cardenal tuvo de su amante Vannozza Catanel, cuatro hijos, Lucrecia, César, Juan y Godofredo. Y otros dos hijos con una tercera de sus amantes. (entonces no existía el celibato)
Fue electo Papa la noche del 10 para amanecer 11 de Agosto de 1492 y nombrado desde entonces como Alejandro VI siendo una de sus primeras decisiones el reparto de las tierras del nuevo mundo que por entonces estaban en poder de Castilla, España y Portugal.
Alejandro Sexto se salvó de ser depuesto por Carlos Octavo de Francia quien aunque invadió Italia y llegó a Roma, se dejó convencer por la astucia del Pontífice quien poco a poco logró minar su ímpetu y terminó reconociéndolo como papa y sus días en la horca tras ser excomulgado.
Intervino en diferentes disputas territoriales y según le convenía se ponía del lado de Francia o España o de Portugal pero, murió el 18 de agosto de 1503 y no se descarta que por envenenamiento.
La historia atribuye al pontífice Alejandro VI haber sostenido relaciones incestuosas con su hija Lucrecia quien por su parte, se casó una primera vez a los 13 años escogido el esposo por su padre, Giovanni Sforza, duque de Gandia, sobrino del regente de Milan y desde luego por conveniencia.
Alejandro forzó el divorcio. Un segundo matrimonio de Lucrecia, entonces de 17 años, fue con el Duque de Biesceglie, Alfonso quien mantenía enemistad con su cuñado Cesar Borgia quien por su parte ordenó su muerte pero al no conseguirla la primera vez, lo logró la segunda ocasión asfixiándolo con una almohada.
Dejó un hijo a Lucrecia al que llamaron Rodrigo.
La situación llegaría a tal extremo que uno de los escritores de la epoca se refería a Lucrecia como la hija del papa, esposa y nuera.
El papa no se quedó de brazos cruzados y procuró el tercer matrimonio de Lucrecia, ahora con Alfonso de Ferrara, hijo del duque Ercole de Ferrara, el cual se consumó. Esta vez tuvo cuatro niños y una niña pero al séptimo embarazo, murió durante el alumbramiento el 24 de Junio de 1519, a los 39 años.
César Borgia
Fue consagrado protonotario del papado y nombrado obispo de Pamplona (1491). Antes de cumplir los 20 años ya era arzobispo de Valencia y cardenal.
Se ha inmortalizado como el prototipo del individuo cruel y ambicioso, quien no abrigó ningún sentimiento generoso y, para satisfacer sus odios, cometió innumerables asesinatos y se afirma que tuvo un hijo con su hermana Lucrecia, uno mas con Catalina de Albrete y dos ilegitimos.
Continuará la Matanza de la Noche de San Bartolomé
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